LA DESPEDIDA (de tiempo atrás)

  Escuché disparos. Minutos después sirenas de ambulancias y patrullas , al mirar lo que sucedía vi mucha gente,arrestaron a 3 personas. Una persona que iba pasando  murió por una bala perdida. No podía creerlo , 5 minutos antes estaba por salir  a la calle, si lo hubiera hecho justo habría pasado por ahí. Cosas del destino, por fortuna algo pasó  más importante en ese momento que caminando rumbo a la puerta me regresé y decidí ir después. De haber ido me hubiere llevado el susto de mi vida o quién sabe ,algo peor entre la balacera. Después de ver todo lo acontecido y el cuerpo sin vida  ahí tendido en el pavimento , me puse a pensar en si yo hubiera estado en el lugar y el momento equivocado seguramente no volvería a ver a mi familia, a mi novio ni el azul del cielo nunca más.

Recordé como el día anterior había sido maravilloso había pasado momentos  muy bonitos (como siempre) con mi persona favorita, mi novio y justo esa mañana al despedirnos para ir cada quién a su trabajo tuve pensamientos muy profundos, relacionados con nuestra relación, con todas sus virtudes con el amor que le tenía y lo que en mí hacía sentir. Esa mañana  nos despedimos como pocas veces, con besos tiernos, un abrazo prolongado y al alejarnos hubo un reencuentro de miradas a la distancia,  con un brillo especial adornada con  una sonrisa y un ademán indicando el adiós y así  poco a poco nos perdimos entre la multitud.Fue emotivo, fue único, fue raro como si fuera una sensación de no volver a verlo jamás.

Luego comenzó un día cualquiera de trabajo, hasta que ocurrió el incidente en la calle Independencia que me dejó sumamente reflexiva acerca de la fragilidad de un ser humano.Me puse a pensar sobre la vida que tan fácil se va en un instante, al cruzar la calle.

Sentí terror y angustia de pensar en no volverlo a ver a él . Supongo que la lección de esta situación fue tener claro que hay que vivir cada día , cada momento lo mejor posible, hacer saber a los demás lo que sentimos por ellos, sonreír , disfrutar ser menos amargado y más feliz. Y sobre todo valorar lo que tenemos en vida.

Si hoy cierro los ojos y no los vuelvo a abrir estaré satisfecha de haber conocido a personas que me rodearon de amor, de alegría y de increíbles momentos, quédense tranquilos pues fui feliz.